Después de tocar el cielo, Rovio y Gameloft viven sus horas más bajas

Exprimieron a más no poder Angry Birds y Asphalt.

El mercado de videojuegos móviles es especialmente complejo. La saturación de títulos y el  menor presupuesto de desarrollo en comparación con un juego triple A, hace que la competencia sea feroz y que la oportunidad de figurar en la AppStore y Google Play sea cada vez más difícil.

A esto hay que sumarle que rara vez una app móvil logra enganchar al usuario por un tiempo prolongado. Para la muestra tenemos a Pokémon Go, juego que tuvo un comienzo apabullante pero que al año de lanzamiento se quedó con una base de usuarios muy pequeña en comparación con sus primeros meses de vida.

Todo esto nos lleva Rovio y Gameloft, dos de los publishers/desarrolladores que tiempo atrás fueron los reyes del mercado móvil.  Sagas como Angry Birds y Asphalt les permitieron disfrutar de las mieles del éxito.

Pasaron los años y ambas compañías no lograron reinventarse y las consecuencias saltan a la vista. Por el lado de Rovio, recientemente anunciaron que cerrarán el estudio ubicado en Londres. Dicho estudio apenas había cumplido su primer año de vida en enero pasado, pero la difícil situación económica de la empresa obligó a tomar esta medida.

Por el lado de Gameloft, la compañía anunció el cierre de su estudio en Madrid. Anteriormente habían clausurado sus oficinas en Valencia. Esto significa que la única sede que quedará activa en España será en la ciudad de Barcelona.

La crisis de Gameloft se intensificó en 2016 cuando Vivendi adquirió Gameloft e inició una política de reducción de personal a nivel mundial. Se estima que ha habido casi 1.000 despidos.

Ante este panorama, ambas compañías deberán encontrar en el menor tiempo posible una nueva idea que los impulse al olimpo de los videojuegos móviles, lugar en el que alguna vez estuvieron pero del que fueron desterrados.

 

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