La compañía japonesa no tiene margen de error con su próxima consola.
La industria de los videojuegos, particularmente el sector de las consolas de sobremesa, se encuentra en un momento de incertidumbre.
Varios expertos le apuestan a que Xbox Scorpio, PS4 Neo y Nintendo NX serán las últimas plataformas caseras y el negocio terminará migrando al PC. La llegada de servicios como PlayStation Now a Windows y que a partir de ahora todas las exclusivas de Xbox también saldrán en PC, hacen pensar que efectivamente se cumplirán los pronósticos y el fin de las consolas es inminente.
En ese sentido, Nintendo lleva las de perder. La ‘Gran N’ incursionó mucho más tarde que sus competidores en el mundo online y siempre confió en la importancia histórica de sus franquicias. Es cierto, puede que no haya personaje más popular en los videojuegos que Mario Bros, pero Nintendo cometió el error de dejar caer toda la presión del Wii U en Mario, Donkey, Kirby, Zelda, nombres muy queridos que no evitaron el debacle de una consola técnicamente inferior y que desde su misma presentación dejó claro que estaba condenada al fracaso.
La compañía liderada en ese entonces por el ya fallecido Satoru Iwata creyó que la época gloriosa del Wii iba a lograr una placentera migración de usuarios al Wii U, y en una desastrosa presentación en el E3 2011, la ‘Gran N’ dejó más dudas que certezas mostrando un hardware del que nunca se supo si era una nueva consola, un periférico para Wii o una tablet bajo el sello Nintendo (en ese momento solo se mostró el GamePad).
Justo después de la feria de videojuegos más importante del mundo, la ‘Gran N’ tuvo que enfocar sus esfuerzos en dejar claro que Wii U en realidad se trataba de su sexta consola de sobremesa. Pero el paso en falso ya estaba dado. Lo peor del asunto es que Wii U no fue una mala plataforma y su biblioteca de juegos es lo suficientemente robusta como para justificar su compra, pero Nintendo cometió el pecado mortal de no saber cómo exhibirla y pagó muy caro aquella fatídica conferencia de prensa en 2011.
Conscientes de que con NX no habrá margen de error, el presidente de Nintendo América dijo que no cometerán los mismos errores que condenaron a Wii U. “Una de las cosas que tenemos que mejorar con NX es el trabajo de comunicar y posicionar nuestro producto. Hay que ayudar a la gente a entender el valor de la consola y lo que representa para la experiencia de juego”, señaló Reggie Fils-Aime en una entrevista concedida a Alist.
El directivo se refirió a la época de Wii U como un momento de aprendizaje. “Cada vez que lanzamos una nueva plataforma, cada vez que estrenamos un nuevo videojuego, aprendemos mucho. Siempre tomamos nota de aquello que ha funcionado y de lo que no”, complementó.
Por ahora, la única certeza que se tiene de NX es que saldrá a la venta en marzo de 2017 y uno de sus títulos de lanzamiento será The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Detalles técnicos de su hardware e incluso su nombre oficial (NX es el nombre clave) siguen siendo una incógnita.
Lo cierto es que Nintendo podría estar quemando su último cartucho en el mercado de las consolas domésticas con NX. No en vano, en sus más de cien años de historia, la compañía se ha reinventado de formas inimaginables, pasando por los naipes japoneses, hoteles de amor (es lo que están pensando: moteles), juguetes y videojuegos.
Que estén llevando sus franquicias al mundo de los dispositivos móviles, que los amiibos sean uno de sus negocios más prósperos en la actualidad y que dentro de poco vayan a inaugurar parques de diversiones temáticos con sus personajes demuestra que el margen de error de Nintendo solo pasa por una industria tan volátil como los videojuegos.
